“Los grandes bailarines no son
geniales por su técnica, son geniales por su pasión”
Martha Graham
Siete de la noche, la sala mayor
del Teatro Nacional Rubén Darío se encontraba llena con un público impaciente
por saborear lo más auténtico del folklore de las diferentes delegaciones presentes en el Festival Internacional de
Danzas Folklóricas; la apertura del telón dio paso a la presentación de
ADAF-BOLIVIA quienes prepararon TINKU
(hermosa danza guerrera aún vigente en los pueblos del altiplano boliviano).
Luces, vestuario colorido,
música, precisión y elegancia fueron sinónimos en cada uno de los bailarines
quienes no solo proyectaban movimientos, sino que expresaban el sentir y actuar
de un pueblo boliviano rico en tradiciones e idiosincrasia, cada uno muy
orgulloso de estar llevando más allá de sus fronteras un pedacito de identidad.
De principio a fin fue notoria la
coexistencia de lenguaje, estilo, versatilidad y técnica coreográfica sin dejar
a un lado el legado de sus antepasados y preservando, ante todo, el sincretismo
cultural y religioso.
ADAF-BOLIVIA muestra en cada una
de sus puestas en escena todos los elementos de la danza: el ritmo, la expresión
corporal (desarrollando la creatividad expresiva), la precisión dentro del
espacio físico, el color muy bien marcado en el vestuario y las parafernalias,
no podemos dejar a un lado la forma o en otras palabras: la coreografía que
deja como resultado un binomio perfecto entre el cuerpo y el espacio.
Hoy, orgullosamente, celebran 15
años de vida artística, 15 años dejando huellas en los escenarios y en los
corazones de todos los que hemos sido espectadores de esas hermosas pinceladas
bolivianas; bien lo dijo el Maestro Roberto Sardón Orihuela: “El trabajo que
realizamos fue muy fuerte, claramente definido y enmarcado en un concepto
innovador y arriesgado. Tuvimos tropiezos, éxitos, pero nunca perdimos nuestro
norte, todo eso nos fortaleció para continuar trabajando, renovándonos y
siempre apostando por Bolivia”. Y efectivamente Maestro, sus puestas en escena
han quedado marcadas en las retinas de cada espectador que ha tenido el
privilegio y el honor de apreciar las riquezas culturales de su pueblo.
Quince años pueden sonar mucho o
poco, todo depende de los proyectos que realicemos pero quince años en la vida
de ADAF-BOLIVIA muestran una experiencia y trayectoria bien marcada en cada
maestro, cada alumno y cada persona que ha puesto empeño para hacer realidad
algo que nació como un sueño y ahora crece a pasos agigantados como una hermosa
realidad y un estilo de vida por y para la difusión de la danza folklórica boliviana.
Siendo nicaragüense me siento
identificado en cada una de sus coreografías, cada obra puesta en escena hace
palpitar a gran velocidad el corazón de todos los que amamos y vivimos para el
maravilloso mundo de la danza, todos los que día a día luchamos para cultivar
esa semilla, esa bella herencia recibida por nuestros antepasados, por nuestros
abuelos, por nuestras culturas; ADAF-BOLIVIA deja en mí una gran pasión e interés
por escudriñar sus tradiciones, mi experiencia como bailarín, coreógrafo,
maestro pero sobre todo como aprendiz de nuestra variada identidad
latinoamericana me permite aplaudir sus triunfos y motivarles a continuar en la
lucha para que juntos como hacedores de la danza folklórica logremos unificar fuerzas
y energías para erradicar esa carencia de políticas culturales, de esa manera,
seguiremos aprendiendo, creciendo y fortaleciéndonos.
Brindo por este aniversario y por
todos los que vienen, ADAF-BOLIVIA más que un símbolo nacional, es un símbolo cultural;
felicidades por dejar en cada escenario: alma, vida y corazón.
Juan José Castillo Pérez
Bailarín, coreógrafo y maestro de lenguas
extranjeras
Francia, 31 de Octubre de 2014
Estimado Jean Château, que difícil poder escribir cuando tengo un nudo en la garanta por la emoción y sentimiento que me produjo tu reportaje, como nunca antes, se me salieron las lagrimas al leer tan hermosas y consideradas palabras, al mismo tiempo, es inevitable que se me asome a mi cabeza, que en mi propio país, no contamos con este apoyo y reconocimiento, la siguiente semana me voy a Medellín-Colombia para recibir un premio a la Excelencia Educativa a nivel latinoamericano, te menciono esto, porque de igual manera, es una iniciativa foránea, la que me esta otorgando este premio, y bueno como se dice: "Nadie es profeta en su tierra", es lamentable.....No obstante visiones como la tuya hacen que se me llene el espíritu de mayor fuerza para poder seguir adelante con este apasionante camino, gracias Juan Jose Castillo Pérez, gracias de todo corazón, gracias por tu generosidad al expresarte y sobretodo gracias al cielo por que en este mundo existan personas como tú, con esa sensibilidad y amor a la danza...MIL GRACIAS, estoy seguro que, ya sea en Nicaragua, Francia, Bolivia o donde sea el justo momento, te daré un abrazo con todo cariño y respeto, hasta eso te envío mis mejores deseos y toda la luz del Universo, GRACIAS!!!!
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